El grupo amarillo ha viajado transportados por nuestra fantasía e ilusión, hacia el pueblecito donde habita Blenka.
Al principio nos sentimos exploradores de tierras lejanas, las cuales nos parecían demasiadas simples, casi monótonas, sin em,bargo conocer a Blenka y a su pueblo, despertó en nuestras vidas una curiosidad infinita. La misma nos abrió los sentidos hacia percepciones que nunca antes habíamos experimentado. ¡Aunque no nos quedamos ahí! .
Proseguimos conociendo una cultura de días eternos de sol y noches de lujo, donde la creatividad y la sintonía de sus habitantes, se reflejan en su piel. A todos se nos abrieron los ojitos del corazón: resplandecientes, sinceros, chispeantes…
Con el final del cuento llegamos al conocimiento de que el corazón en lo percibido, nos empapa de paz y de ilusión, para caminar en esta sociedad de tránsito. Nos gustó, sobre todo, llegar a la conclusión de lo importante que es adentrarnos en otras culturas para enroquecer nuestras vidas.
Para reflejar lo aprendido, entre todos creamos un corazón con nuestras manos inocentes. En él plasmamos como Blenka nos ha enseñado a poner el corazón en lo percibido y a no quedarnos tan sólo con la informacion que los sentidos nos ofrecen.
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